Te recuerdo amada
indecisa, nerviosa
mirando a todos lados
antes
de trepar la escalera
estrecha y larga
que conducía
a mi estancia mojada.
Recuerdo las tardes
que probábamos dulces
en nuestros cuerpos exánimes
y tu cóncavo sexo
era mi olla repleta
y mi convexo
tu cuchara
untada de manjar blanco
de Tarma.
Recuerdo tus besos
que con hambre
y mucho deseo
me los dabas.
Recuerdo tu lengua
perdida
extraviada
hurgando
en el laberinto plegado
arrugado, empapado
mordido, tragado
por la ría dulce
de tus venidas...
© Gabriel
indecisa, nerviosa
mirando a todos lados
antes
de trepar la escalera
estrecha y larga
que conducía
a mi estancia mojada.
Recuerdo las tardes
que probábamos dulces
en nuestros cuerpos exánimes
y tu cóncavo sexo
era mi olla repleta
y mi convexo
tu cuchara
untada de manjar blanco
de Tarma.
Recuerdo tus besos
que con hambre
y mucho deseo
me los dabas.
Recuerdo tu lengua
perdida
extraviada
hurgando
en el laberinto plegado
arrugado, empapado
mordido, tragado
por la ría dulce
de tus venidas...
© Gabriel
2 comentarios:
Gabriel, tus últimos poemas son geniales! Este es especialmente bello. Me encanta pasar por acá.
Un abrazo!
Un abrazo para ti Raquel! Y a mi me encanta que vengas a leerme.
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