En un principio
te asocié con las estrellas
tu silencio se rompía
al oírlas titilar
era tu voz tan débil
pero llegaba
no sé cómo después de viajar tanto
y a la mayor velocidad por la galaxia.
Luego fuiste carne fresca
palpitando a mi costado
un corazón abierto como el mío
esperando mi abrazo y cien te quieros.
Hoy tu voz me llena plenamente
que ya no puedo vivir sin verte
sin tenerte cada día
como el pan que no me sirves
sin antes untarlo con un beso.
© Gabriel Cordears
1 comentario:
Todos somos estrellas al final del trayecto, allí entre ellas tenemos nuestro espacio.
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