Mi árbol se fortalece
cuando le hablas de cerca.
Lo colorea y quema
tus caricias de seda.
Endulza tu boca
te besa
sigue la luz de tus ojos
se orienta
despierta.
De tu humedad se alimenta
te busca
se mece
con el vaivén de tu vientre.
Verdean sus ramas secas
por la piel
de tu tierra fértil.
Su fruto es lo nuestro
creciendo por dentro.
Agitado por el viento
sus hojas tocan tu pelo
te enreda
te atrapa
se amolda
a tus curvas perfectas.
Mientras lo cuidas y riegas
lo llena
tu alma completa.
Gabriel Cordeas
2 comentarios:
qué felicidad! .. su fruto es lo nuestro creciendo por dentro... precioso y envidiable.
poeta quien pudiera ser la musa de sus poemas que nso dejan suspirando , gracias por compartir el placer a la mirada y los sentidos un cálido abrazo y beso
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