Cuando
amanece la luz
Se
refleja en tus colinas claras
El
esplendor de tu piel
Opaca
toda atmósfera que envuelve
La
taza de un café que humeante despide su aroma
Y
el pan tostado cruje
Deshaciéndose
En
los labios hambrientos
(no
bastó la noche para saciarnos)
Pues
la cama no tiene pies ni cabeza
Después
de habitarla
Y el reloj reinicia la marcha
Bostezando
con sus manecillas largas.
Me
alimenta la dulzura de tu boca
Y
tu mirada cansada mejora con una sonrisa
Después
de una palmada donde te gusta
Solo
queda esperar el tren
Camino
a casa
Quedándome
un breve adiós
De
tu felina mirada
Mientras
que la niebla no corte la vista
Los
besos toman otro vuelo
Agradeciendo
la caricia
Que
en el aire las manos agitan
Como
dos palomas blancas…
4 comentarios:
El sabor de la dulce noche vivida reflejada tiernamente en tus versos.
Muy bueno!!
Cariños....
El sabor dulce de los sentimientos, de los besos empapados en unos labios húmedos, la fragancia del amanecer.
Un beso.
hermosa, rica y sensual entrada para este comienzo de semana, besitos
El amanecer se quedó con los deseos de la noche y su sabor cargado de pasión.
Cuanta sensualidad poeta !!
Besos .
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